viernes, 30 de septiembre de 2011

'Nomes e Voces': más sobre su escasa fiabilidad


Cualquiera pensará que los persigo y busco en donde fallaron. Pues no. Tan sólo contrasto en ocasiones la información que poseo con la que publicaron ellos (y otros autores) y me reafirmo en la idea de que ese proyecto fue una "chapucilla" propagandística para escandalizar; como tal, se hizo a todo correr, y lo que de él proceda en mi opinión es menos seguro que un caramelo a la puerta de un colegio.

Me ocupo hoy de un individuo para el cual este proyecto considera que se le debe otorgar honra para siempre, y no le duelen prendas en colaborar a la hora de reconocer públicamente a alguien que como veremos fue condenado hasta en cuatro ocasiones por hurto, y una por estafa. Condenas de las que no creo que nadie ponga en duda, que resulta para el homenajeado una indignidad manifiesta. Por el hecho de haber sido fusilado tras sentencia dictada en consejo de guerra, el chorizo recupera honor y dignidad. Vamos, hombre, vamos... A otro perro con ese hueso.

Los habitantes de Carballo tienen fama de ser trabajadores, también en ocasiones algo bruscos en sus modos. Los han perjudicado en su fama --menos de lo que ellos creen-- las colonias de moinantes asentadas en su término municipal, que de día venden en ferias o trabajan como carteristas, y de noche desvalijan chalés o roban animales y cosechas en casas de agricultores y ganaderos. No todos los ladrones de Carballo son de ¿etnia? moinante, pero sospecho que la mayoría de los ladrones de Carballo son moinantes, y me quedo con la duda de no saber si en realidad el individuo protagonista de esta anotación, fusilado y homenajeado tanto por el proyecto Nomes e Voces, como por los señores de la memoria histórica, era un moinante, que sería ya pa mear y no echar gota.

RAMÓN FERNÁNDEZ N. (PARA NOMES E VOCES, RAMÓN FERNÁNDEZ NAYA ).

Es sabido que a los hijos de soltera se les ponía el o los apellidos de la madre. En caso de que la madre tuviese un solo apellido, se ponía este como primer apellido del hijo y de segundo no se le ponía apellido alguno o se le añadía un No o N. Todo ello para significar que el hijo carecía de padre que lo hubiese reconocido, que era hijo natural, esperando un reconocimiento y el añadido de un segundo apellido que tengo la sensación de que pocas veces se producía. Me ocupo en esta anotación de Ramón Fernández N., al que sin tronar ni llover, el proyecto Nomes e Voces y el monumento que erigieron los señores de la memoria histórica, como veis, dio en llamar Ramón Fernández Naya... ¿Cómo es posible que este proyecto se dedique a pontificar sobre las reglas conocidas del oficio historiográfico? Porque venderse se venden de_luxe, pero en la práctica resulta que la calidad, el rigor, la minuciosidad, el oficio historiográfico en definitiva, escasea.

Me llama la atención que en ese monumento sólo aparecen 15 hijos de soltera con un solo apellido de los 571 inscritos, un 2.6%, lo cual me parece a ojímetro algo escaso y por ello y en vista de este ejemplo me pregunto si se habrán inventado apellidos. Con un poco de suerte, saldremos de dudas en otras anotaciones.

Ramón Fernández o Ramón Fernández N., pero nunca Ramón Fernández Naya, nace en la feligresía de San Martín de Cances, termino municipal de Carballo, el 18 de diciembre de 1915. Hijo de madre soltera, en 1936 se informa sobre su conducta como una persona que llevaba tiempo haciendo una vida errante, dedicándose al hurto y al robo, motivos por los que había sido procesado y condenado en diversas ocasiones. Efectivamente, en 1932 lo condena la Audiencia Provincial de Pontevedra y el Juzgado del partido de Carballo, ambos por delitos de hurto; en 1933 es condenado por la Audiencia Provincial de La Coruña en dos sentencias, una por hurto y otra por estafa; en el mismo año también lo condena la Audiencia de León por delito de hurto. Supongo que dentro de pocos años tendremos como referente grotesco a las políticas de memoria histórica, con las que se llega al extremo de levantar un monumento con apoyo de las tres universidades gallegas, en el que se tributa reconocimiento público y con subvención estatal, a un individuo que resulta ser un delincuente común.

Durante el mes de julio de 1936 un cosumero --empleado del Resguardo de arbitrios municipales, dicho en fino-- del fielato de Santa Margarita vio que Ramón Fernández entraba en la cabina de un camión parado y salía con un gato mecánico. El empleado de consumos no dio mayor importancia a este hecho pensando que podía ser suyo. Pero al enterarse a principios de agosto por el hermano del propietario del camión, que le habían entrado a robar en el vehículo, le indicó que había visto salir del mismo a Ramón Fernández con un gato mecánico. El día 8 de agosto, también vio como el mismo Ramón Fernández intentaba vender un gato a otro individuo. Por todo ello avisó a Jesús Escariz Expósito, hermano del propietario del camión, que a su vez avisó a unos guardias de Asalto quienes procedieron a la detención de Ramón Fernández. Llegados a Comisaría, fue este reconocido como autor de un hecho grave realizado contra el Ejército en los últimos días de julio. Pasa a disposición de la autoridad militar que lo procesa por rebelión en causa 333 de 1936, siendo condenado a sufrir la pena de muerte y pasado por las armas a las siete de la mañana del 11 de noviembre de 1936.

El hecho de pasar el detenido a disposición de la jurisdicción de Guerra debió ocasionar alguna confusión en la Dirección de la Prisión Provincial, que no acusa recibo a la jurisdicción civil de la detención e ingreso en la cárcel de Ramón Fernández. Tampoco comunica al juez civil que no lo deja en libertad provisional sin fianza según disponía el auto de procesamiento de este, porque quedaba retenido a disposición de la jurisdicción militar. Por todo ello, pese a estar Ramón Fernández fusilado desde el 11 de noviembre de 1936, el juzgado que instruyó el sumario y la Audiencia siguen sus trámites como si siguiese vivo. Como no aparece y por lo tramitado todo indica que se había puesto en libertad, llegan a publicar requisitorias en el BOP y BOE para su busca y captura. Se enteran del fallecimiento del procesado en junio de 1937 cuando se envía a Cances Grande, a casa de la madre de Ramón Fernández, a un agente judicial. La madre del procesado comunica al agente que no tiene noticias de su hijo desde noviembre pasado, y que según rumor público fue muerto en las inmediaciones de La Coruña, y lo cree cierto al carecer de noticias suyas. El desbarajuste burocrático se soluciona pidiendo certificados de defunción a los registros civiles de la ciudad, con resultado positivo en el Juzgado Municipal del Distrito de la Audiencia de La Coruña cuyo juez certifica que Ramón Fernández, de 20 años, natural de Cances (Carballo), fue pasado por las armas a las siete horas del día 11 de noviembre de 1936, según comunicación remitida por el juez militar permanente del Octava División. Todo ello hace que se archiven las actuaciones. Tengo un certificado de esta partida de defunción a la vista (t. 18, fol. 209 v), la misma que debieron consultar los miembros del proyecto Nomes e Voces, y en ella se lee Ramón Fernández, a secas, sin N. y por supuesto sin Naya.

En las notas que os adjunto se le nombra como Ramón Fernández N. o Ramón Fernández, nunca Ramón Fernández Naya. A través de fuentes que me merecen todo crédito, sé que en la causa militar 333 de 1936 que lo llevó a ser fusilado, se le nombra como Ramón Fernández N. y no Ramón Fernández Naya. Con lo cual tenemos una evidencia más sobre la escasa fiabilidad de los resultados obtenidos a través del proyecto Nomes e Voces que otorgan a este individuo un apellido in-ven-ta-do, como determinada corriente historiográfica.



miércoles, 28 de septiembre de 2011

Asalto e incendio de un vehículo de reparto de pan


Vamos con uno de tantos actos de violencia que se dieron estos días con total impunidad. El 20 de marzo de 1936 un grupo de personas, como casi siempre no identificadas, asaltaron un vehículo de reparto de la panadería de la viuda de Vaquero, establecida en la Corveira (Culleredo), propiedad de Pilar López Villamil. El hecho se produjo en el Campo de Marte o Campo Volante, apoderándose del pan y prendiendo fuego al vehículo causando daños que fueron valorados por peritos en 2.500 pts. Os dejo mis notas.

De estas pejigueras, como veremos, se puede documentar un buen número y explican el auge del fascismo español tras su derrota electoral en las elecciones de febrero del 36. Algo que constata el periodista Gaziel en un famoso e interesante artículo publicado en La Vanguardia el 12 de junio del mismo año. El miedo a la propia sombra:

¿Cuántos votos tuvieron los fascistas en España, cuando las últimas elecciones? Nada: una ridiculez (...) Hoy, por el contrario, los viajeros llegan de las tierras de España diciendo: "Allí todo el mundo se vuelve fascista". ¿Qué cambio es ese? ¿Qué ha ocurrido? (...) Lo que ocurre es, sencillamente, que allí no se puede vivir, que no hay gobierno: las huelgas y los conflictos, y el malestar y las pérdidas, y las mil y una pejigueras diarias, aun descontando los crímenes y los atentados, tienen mareados y aburridos a muchos ciudadanos. Y en esta situación, buscan instintivamente una salida, un alivio, y no encontrándolos en lo actual, llegan poco a poco a suspirar por un régimen donde por lo menos parezcan posibles. ¿Cuál es la forma política que suprime radicalmente esos insoportables excesos? La dictadura, el fascismo. Y he aquí como sin querer, casi sin darse cuenta, la gente "se siente" fascista. De los inconvenientes de una dictadura no saben nada, como es natural. De ellos sabrían después, cuando hubiesen de soportarlos, y entonces se preocuparían de ellos. Pero, de momento, no ven en esa forma de gobierno fuerte nada más que el medio infalible para sacudirse las insoportables moscas de la relajación presente. Y esto es lo único que les importa, hoy por hoy, como en verano no se piensa en sacudirse el frío, sino exclusivamente el calor, y viceversa en invierno (...)

En todas partes y en todos los tiempos, las dictaduras se han producido arriba cuando hubo anarquía abajo (...) El fascismo no tiene nada de nuevo más que su nombre ocasional. Se trata de uno de los fenómenos más antiguos de la historia política, y su verdadero nombre es reacción (...) Cada vez que se pudre un estado social, de sus entrañas brota una dictadura férrea.

Fascismo es, en el caso de España y de Francia, la sombra fatal que proyecta sobre el suelo del país la democracia misma, cuando su descomposición interna la convierte en anarquía. Cuanto más crece la podredumbre, tanto más se agiganta el fantasma. Y la preocupación alucinada que el frente popular triunfante experimenta por el fascismo vencido, no es, por lo tanto, otra cosa que el miedo de su propia sombra.



viernes, 23 de septiembre de 2011

Asalto a la Patronal y a las Juventudes Católicas


El día 20 de marzo de 1936 continuaron las expansiones con motivo de la victoria del Frente Popular. En esta ocasión le toca a la sede de la Asociación General Patronal y a la de las Juventudes Católicas. Esa misma mañana recordaréis que cayó muerto con una pistola y una porra con punta de plomo en la mano, el anarquista Luis Amboage Mato, que había perseguido a unos obreros del puerto que no estaban afiliados a la U.G.T. ni a sindicatos tributarios de la C.N.T. Disparó y le dispararon. Como quiera que tras la victoria del Frente Popular las labores de contratación de personal en el muelle por parte de la Patronal, estaban intervenidas por un inspector de policía designado por el gobernador civil que por orden de éste excluía de la contratación a unos 90 obreros no afiliados a estos sindicatos, la Patronal para evitar que se muriesen de hambre, los atendía con un subsidio de 25 pts. semanales. Con lo cual se tuvo una disculpa para seguir haciendo el bestia, con la complicidad por inhibición, de las autoridades, que aquí también y en el caso del asalto a la Asociación General Patronal, podemos documentar que mostraron pasividad pese a las reiteradas llamadas al Gobierno Civil, Comisaría o Guardia de Asalto. Sólo cuando salió la Guardia Civil se terminaron los disturbios.

Del asalto al local de las Juventudes Católicas poco más puedo decir sino que se produjo el mismo 20 de marzo de 1936. Como estos temas se silencian por la investigación políticamente correcta, nadie tuvo interés en escribir sobre ellos; en buscar testimonios de los asaltantes o de los dirigentes que organizaron los desmanes, o de las autoridades que se inhibieron. La sede de la Juventud Católica en 1934 estaba en la calle de San Andrés.

Por lo que atañe al asalto al edificio social de la Asociación General Patronal, este se encontraba en el número 18 de la calle Real, en el inmueble que veis en la imagen. Ocupaban con sus oficinas el primer piso. El segundo lo tenían alquilado al notario Pascual Lahoz de Val y el tercero a una señora. Conviene destacar que el día 19 la Patronal ya había oído rumores sobre un posible asalto a su sede, y envió un oficio al gobernador civil solicitando protección. Esta si se aumentó no sirvió de nada porque los miembros de esta asociación, propietarios de comercios y pequeños industriales, se quejaron de la inhibición de los tres o cuatro guardias de Asalto que había en el portal. Incluso con motivo de una visita a la ciudad del coronel jefe la Guardia de Asalto, estudiaron la posibilidad de entrevistarse con él para protestar por la inactividad de sus subordinados el día del asalto. Agradecieron, entrevistándose con el primer jefe de la Guardia Civil, la actividad que desplegó esta para restablecer el orden.

Parece que los empleados de la Patronal se defendieron produciéndose un tiroteo en el que resultaron heridas seis personas: Enrique Pérez Méndez, Agustín Fernández Flores, Argentina García, José Ramón Lamas, Enrique López y Ramón Patiño. El presidente, José Luis Pérez Cepeda fue desterrado por orden gubernativa y no pudo regresar a La Coruña hasta que comenzó el Movimiento. Ni se identificó a los autores del asalto ni a los que participaron en el tiroteo, así que la causa se sobresee por auto de 28 de julio de 1936. Se reabre en diciembre de 1937 al presentar la Policía a dos individuos a los que acusa de haber participado en los hechos. Las pruebas debieron ser insuficientes porque la Audiencia de nuevo sobresee en enero de 1938. Se reabre el sumario una vez más en abril del 38 como consecuencia de un testimonio deducido de un expediente por el que se aplicaba la ley de vagos y maleantes a un tal Manuel Edreira Amor, al que se acusaba de haber participado en el asalto al Náutico, al local de la Patronal y al de las Juventudes Católicas. Una vez más las pruebas debieron ser insuficientes porque la Audiencia Provincial sobresee en este asunto y archiva definitivamente las actuaciones. Os dejo mis notas.

Los daños fueron cuantiosos. El seguro que tenían contratado en previsión de disturbios y motines, abonó a la Asociación General Patronal 70.256,20 pts. La Alcaldía se negó en un principio a testimoniar su condolencia a la Asociación por el asalto, lo que lleva a los comerciantes a romper relaciones con el Ayuntamiento. A los quince días, una vez que se supo que las elecciones municipales quedaban aplazadas sine die, se decide a condenar los hechos, a los que califica de expansiones político-sociales de los primeros días de la victoria popular electoral. Como ya comenté, republicanos y galleguistas carecían en realidad de bases sociales. No podían, si querían mantenerse en el cargo, si querían ser bien vistos por las bases socialistas y sindicales, condenar con firmeza los desmanes; y lo que es peor, tampoco podían reprimirlos. Con lo cual, cabalgando a lomos de los revolucionarios hacían del respeto a la ley y a los derechos de los demás mero papel mojado contribuyendo a deslegitimar en el ejercicio del poder la escasa legitimidad que pudo tener el régimen salido de las elecciones del 16 de febrero de 1936.




martes, 20 de septiembre de 2011

Asalto al Club Nautico


El Club Nautico fue creado en 1926 para la práctica y fomento de todos los deportes de mar. Pasó a ser Real Club Náutico, tratamiento que perdió con la llegada de la II República. No fue en un principio la entidad que aglutina a las viejas clases altas, sino que era un club eminentemente burgués. Como tal los obreros lo consideraban enemigo del proletariado y fue objeto de sus expansiones a las pocas horas de haberse asaltado los locales de la Unión Regional de Derechas y Renovación Española, en la noche del 18 al 19 de marzo de 1936. En realidad yo diría que en las primeras horas del día 19, aunque la información es contradictoria y pudo ser en la tarde del 18. Una copla popular de la época, medio en gallego medio en castellano, denosta a los socios del Náutico como larpeiros, algo así como glotones, comilones, tragones:

Dicen que Betanzos tiene
la ría de los Caneiros.
También La Coruña tiene
a sociedá dos larpeiros.

Si a ría dos Caneiros
levara coñac,
mais de catro larpeiros
irían alá.
Irían alá,
irían alá.
Si a ría dos Caneiros,
levara coñac.

El caso es que según resulta de la causa unos treinta y tantos proletarios asaltaron parece que en las primeras horas de ese 19 de julio de 1936 las instalaciones del Club Náutico arrojando el mobiliario a la bahía, que fue valorado en 20.000 pesetas. El sumario se sobresee pese a que como vimos, una parte se recuperó por la Guardia Civil en Serantes (Oleiros) a finales de marzo:

La Guardia Civil de Oleiros practicó un registro en los domicilios de los marineros de Serantes, en aquel distrito, Manuel Meirás, José María Frascaso y Abelardo Portela, habiendo recuperado un piano, muy deteriorado, un tablero, dos sillas y un sofá, todo ello perteneciente al "Club Náutico" de esta capital. [La Voz de Galicia, 1/04/1936].

Con la llegada del Alzamiento, a juzgar por los procesados en la pieza separada de responsabilidad civil, parece que Eduardo Patiño y Manuel Bueno denuncian a los mismos que habían relacionado con el asalto al local de la Unión Regional de Derechas, pero la Audiencia sobresee. El sumario se reabre en abril de 1938 al aplicar la Ley de vagos y maleantes a un tal Manuel Edreira Amor, al que se acusa de haber tomado parte en el asalto al Náutico. Las pruebas presentadas debieron ser de nuevo insuficientes porque la Audiencia Provincial sobresee definitivamente en esta causa.

Como los asaltos son continuos --seguiremos con alguno más-- no creo que nadie pueda poner en duda que la autoridad se inhibía y dejaba que una parte de las bases del Frente Popular se expansionasen, si es que no fomentaba estos disturbios para amedrentar a las derechas y echarlas de la vida pública. En realidad aquella república se había planteado como una república de izquierdas y estas consideraban a las derechas como unas comparsas que poco tenían que hacer sino someterse mansamente a la izquierda. Cuando las derechas tuvieron algo que hacer entrando tres ministros de la CEDA en el Gobierno, se tomó lo anterior como disculpa para que socialistas, anarquistas y nacionalistas catalanes se alzasen contra el poder público en octubre de 1934, lo que acabo de fracturar a la sociedad española en dos bandos irreconciliables que desataron iras y odios al comenzar la guerra a los escasos dos años.

Del modo "democrático" en que se había planteado aquella república y de la "tolerancia" de aquellos republicanos, puede dar idea una denuncia que efectúa en mayo de 1934 Amparo López Jean, que fue presidenta y secretaria de la Agrupación Femenina Republicana de La Coruña. Casada con el periodista de Unión Republicana, César Alvajar, al salir de un baile que se celebraba en el Club Náutico denunció a un chico que repartía hojas de Renovación Española por dar vivas al rey y por suponer que las hojas eran clandestinas. Por suerte para el muchacho, Eduardo Somoza del Río, tanto la causa sobre infracción de la Ley de imprenta como la otra abierta en la que se perseguía un delito contra la forma de gobierno, fueron sobreseídas.



jueves, 15 de septiembre de 2011

Asalto a la sede de Renovación Española


El mismo 18 de marzo de 1936, una vez que las hordas, sí, marxistas (¿o eran fascistas?) terminan de arrasar la sede de la Unión Regional de Derechas se van calle Real abajo hasta el número 88 en cuyo primer piso tenía su local Renovación Española. En la imagen es el edificio en donde hay una pancarta que anuncia rebajas. Allí, empleando el lenguaje políticamente correcto de los republicanos de la época, se expansionaron. Esta expansión consistió en entrar también como el caballo de Atila y destrozar con machetas la puerta de acceso, romper todos los cristales, las puertas interiores, el inodoro, lavabo o instalaciones eléctricas; arrancan el teléfono, las cortinas, lámparas, estufas, etc. Por supuesto que salen por las ventanas o desaparecen mesas, sillas, sofás, cuadros, armarios, estanterías, archivo, unos 200 libros de la biblioteca y ¡como no! hasta 400 pesetas en metálico de las que no se volvió a saber. Baste decir que cuando el juez se presenta para realizar una inspección ocular indica que el "local se encuentra vacío sin que haya objeto alguno dentro del mismo". La expansión de socialistas y comunistas ocasionó daños por valor de unas 10.500 pts.

De forma llamativa no se logra detener a nadie pese a que este era el segundo asalto del día. No creo que alguien pueda poner en duda que la autoridad se inhibió si es que no estimuló las expansiones. En vista de lo anterior, al no aparecer ningún acusado o testigo de los hechos, pero ninguno, la Audiencia sobresee el sumario. Esto antes del Alzamiento porque una vez iniciado éste se producen aquí también dos denuncias, de los mismos que habían acusado a varios individuos como implicados en el asalto a la sede de Unión Regional de Derechas. Los denunciantes, Eduardo Patiño Pérez y Manuel Bueno Lago, acusan a los mismos que habían señalado como implicados en el asalto al local de la Unión Regional de Derechas. Si tomaron parte en uno de los hechos es muy probable que tomasen parte en los otros. Probable sí, pero no tuvo porque ser necesariamente así. En el juicio oral se descubre que ninguno de los dos denunciantes presenció el asalto a la sede de Renovación Española, y el tribunal absuelve libremente a los procesados como no podía ser de otro modo. No hay para que decir que de este asalto como del anterior, los señores de la memoria histórica no dicen ni mu. Me hace mucha gracia leer uno de los mantras al uso: que los alzados se levantaron contra el gobierno legítimo. Si la legitimidad no la tuvieron en las urnas en las elecciones del 16 de febrero en vista de los pucherazos que se dieron en doce provincias, doce, o en el plebiscito estatutario gallego, la perdieron al ejercer el poder haciendo papel mojado del respeto a la Ley y a los derechos de los demás. Os dejo mis notas.





martes, 13 de septiembre de 2011

Asalto a la Unión Regional de Derechas


Cuando en ABC dedicaron varios reportajes en 1961 para recordar o dar a conocer Como se vivía en España hace 25 años, durante el gobierno del Frente Popular, manifestaban que no lo hacían como Zapatero por un deseo indigno de reavivar rencores y animosidades, que estaban ya bien sosegadas, sino para invitar a todos a abominar de aquellas jornadas de ignominia, vergüenza y estigma para un pueblo civilizado y que solo eran posibles cuando la autoridad se inhibe o, complaciente con los criminales, les estimula a perpetrar sus desmanes. Me voy a ocupar en esta anotación de un caso claro en el que la autoridad se inhibió, si es que este y otros asaltos ocurridos el mismo día y el siguiente, no fueron estimulados por las autoridades con el propósito oculto de echar a las derechas de aquella democracia poco democrática.

De acuerdo con Gil Robles los asaltos a locales de la CEDA tras el triunfo del Frente Popular fueron continuos, y así el 20 de febrero les asaltan o incendian las sedes de Alcalá de Henares, Melilla, Betanzos, Carmona, Cartagena, Elche, El Ferrol, La Línea, Marchena, Murcia, Palma del Río, Palomares, Pontevedra, Santiago de Compostela y Huelva; el 23 de febrero le toca a Miranda de Ebro; 24 de febrero, El Pedroso y Lavadores; 29 de febrero, Paradas; 4 de marzo, Alcantarilla; 6 de marzo, Ares; 9 de marzo, Segovia y Ecija; 11 de marzo, Puente de Vallecas; 14 de marzo Logroño y Ribadesella; 16 de marzo, Alberique; 17 de marzo, Albacete; 18 de marzo, Almansa y La Coruña; 27 de marzo, Tabernes de Valldigna; 30 de marzo, Torrelavega (No fue posible la paz, Barcelona : Ariel, D.L. 1967, p. 637, n. 8).

Como quiera que los autores que se ocupan de la II República en Galicia o de la guerra civil, omiten el asalto a la Unión Regional de Derechas de La Coruña --hecho ocurrido el 18 de marzo de 1936-- o en casos excepcionales lo relegan como dato telegráfico a las notas, no conociendo ninguna publicación o entrevista a los represaliados por el Franquismo en donde se les pregunte por este hecho, me ocupo hoy de él porque entiendo que es desconocido para la ciudadanía. Dicho de forma clara: porque entiendo que los turiferarios de la memoria histórica no dicen ni mu.

El 18 de marzo de 1936 un grupo numeroso de personas, sobre las ocho de la tarde, asaltó el local social de la Unión Regional de Derechas situado en el primer piso del edificio que veis en la imagen, en el nº 10 de la calle Real. La CEDA se había formado por una coalición de partidos. Aquí en La Coruña, la marca no era Acción Popular --aunque se les confundía--, sino Unión Regional de Derechas. En este asalto recomiendo que mejor que lo que pueda yo dibujar en pocas líneas, que os leáis el acta notarial que se levanta para conocer el estado en que quedaron las instalaciones y aparece el principio de la causa. Sólo se me ocurre un calificativo: impresionante. Se arrancan y destrozan las puertas, se rompen vidrios, desaparecen cortinas, lámparas y alfombras; se esparcen los papeles, se rompen los cristales, se arroja el mobiliario por las ventanas y balcones, desaparece el teléfono y hasta el cableado; se sacan de su empotramiento radiadores, se tira una bañera al patio de luces, desaparecen los libros y estanterías de la biblioteca, los sellos de la entidad que luego serían usados de forma fraudulenta y en su nombre para estafar a los vecinos de derechas, etc. A día de hoy hablar de hordas o de hordas marxistas nos suena a propagandístico. Aseguro que tras leer en esta causa la descripción de lo ocurrido en este local uno entiende perfectamente porqué les llamaban hordas. El notario llega a decir que quedó el local arrasado, y que para realizar la operación se tuvo que invertir bastante tiempo. Estando como estaba esta sede a escasos metro de Comisaría y del Gobierno Civil, instalados entonces en el edificio del teatro Rosalía de Castro, se entiende a la perfección que aquí, si el asalto no fue estimulado por las autoridades --algún testigo manifiesta que se realizó a presencia de ellas, entre otros el capitán de Asalto, Manuel Patiño Porto-- no cabe la menor duda de que se inhibieron. Sobre todo porque este no fue el único asalto del día ni de los siguientes y en la ciudad había fuerzas de Asalto y Guardia Civil ¿Cómo iban a parar esta expansión cuando la realizaban socialistas y comunistas enfundados algunos en camisetas rojas, integrantes del Frente Popular?

De forma llamativa, el sumario se sobresee por no haber podido identificar a nadie. Esto antes de iniciarse el Alzamiento. Al comenzar este se producen dos denuncias. La primera del falangista Eduardo Patiño Pérez, que vivía en la calle del Torreiro y vio como José María Eirís Carro --al que identifica, no como librero, sino como propietario de un "establecimiento de venta de periódicos"--, uno de los defensores del Gobierno Civil el 20 de julio, se encontraba en un balcón, hay que suponer que uno lateral, hoy convertido en ventana, y que veía desde su casa. También acusó a tres más, pero al final resulta que a dos los vio por allí, y el tercero según confesión posterior de Patiño, en realidad lo acusó por haberlo visto en otras ocasiones con los demás. Patiño declara que no había denunciado estos hechos con anterioridad por entender que eran consentidos por las autoridades.

Se produce también una segunda denuncia por parte de Manuel Bueno Lago, opositor aprobado para el Cuerpo de Investigación y Vigilancia, y agregado a la Comisaría por el delegado militar en la misma. Manuel Bueno vivía en la cercana calle de la Barrera y al oír el ruido bajó a la calle. Denuncia a Rafael Barreiro Valeiro como uno de los participantes en el asalto al local. El acusado reconoce ante el juez que si subió a la sede de la URD, su actuación se limitó a tirar unas pocas alubias por el suelo de las que había en el local destinado a depósito de asistencia social en el que había además patatas, tocino, etc. Los daños ocasionados tanto en el inmueble como en el mobiliario, según valoración de peritos, ascendieron a la respetable cantidad de unas 18.000 pesetas de la época.

La causa se sustancia con una condena para José María Eirís Carro y Rafael Barreiro Valeiro a la pena de un año y ocho meses de prisión. Los demás procesados salen absueltos. Eirís, al que se pinta en el informe de conducta como extremista, lo que para la época equivale peligroso para el orden público, será paseado el 12 de enero de 1937 aprovechando un traslado de prisión. Os dejo mis notas.



sábado, 10 de septiembre de 2011

Niños: Dios no existe


A propósito de las últimas manifestaciones de maestros que trabajan en la enseñanza pública, a los que aquí en Galicia veo cabalgando a lomos de los más exaltados de nuestra sociedad, recordaba algo que me contaron y espero no tengan por un modelo al que aspirar.

Nos situamos durante la guerra civil o a principios de los 40 en la avenida de Rubine, junto a la casa de D. Ángel del Castillo. Allí vivía en un cuarto piso una maestra que al comenzar el Movimiento fue depurada. Pronto veremos que si la medida hoy sería vista como un exceso, también entiendo que en nuestros días y en justicia, no debía librarse de la instrucción de un expediente disciplinario. La casa en la que vivía esta maestra contaba con un pequeño patio de luces cubierto. Con lo cual lo que decía en su casa se oía en las otras. Aunque era una mujer muy fina y se encontraba en una situación económica desahogada que le permitía mantener por ejemplo a una criada, llamémosle Pepita, complementaba sus ingresos dando clases en su propio domicilio.

Los maestros republicanos eran considerados agentes de republicanización de aquella sociedad, entendiendo por republicanización entre otras cosas convertirse, no en defensores de una sana separación de Iglesia y Estado, sino en propagadores de un adoctrinamiento sectario, laicista para el caso que nos ocupa. Un día se encontraba en el mismo edificio junto a las ventanas que daban al patio de luces, la madre de una amiga --que refirió a su hija este hecho a lo largo de su vida en multitud de ocasiones-- cuando escuchó a la maestra:

Niños, Dios no existe. Fijaos. A ver Dios, tráenos la merienda.

Se producía un silencio y lógicamente no ocurría nada.

Veis, no nos la trae. Dios no existe. Fijaos ahora. Pepita, tráenos la merienda.

Allí se presentaba la criada con la merienda para los niños.

Veis niños, Pepita sí existe. Dios no.

La madre de mi amiga, como los demás vecinos de aquella casa eran buenas personas, y pese a ser católicos y repugnarles el sectarismo y la beligerancia anticatólica de la maestra, no la denunciaron. Si esa era la formación que daba esta maestra cuando había sido depurada ¿qué no haría durante el régimen republicano?

Se suele hablar del Magisterio como el cuerpo de funcionarios que fue más reprimido, pero falta la primera publicación en la que haya visto casos como el que acabo de relatar, porque estoy convencido de que este no es excepción.

No me gusta la masonería. Tampoco las posiciones de un catolicismo adoctrinador como el Opus Dei y similares. Ambos por un motivo que tengo claro: tratan de influir en la marcha de la sociedad como grupos de poder moviendo hilos entre bastidores, en fraude a la soberanía nacional, con un programa oculto que no votamos. Lo cual me parece algo inaceptable en una sociedad democrática y a lo que habría que poner límites. Me temo que no se ponen porque están infiltrados en cargos de la máxima responsabilidad y mueven los hilos --repito que en un inaceptable fraude a la soberanía nacional-- e impiden poner freno a sus respectivos excesos.




viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Rigor en 'Nomes e Voces'?





Vamos con otro ejemplo en el que se evidencia que el proyecto Nomes e Voces no contrastó la información y tanto por esto como por los resultados, no cabe reputarlo de riguroso. Dice un amigo que de la lista de 570 muertos que dan como represaliados por el Franquismo en el monumento, en torno a un 50% sobran, bien porque se trata de fallecidos como consecuencia de accidentes, bien por otros motivos. Yo no puedo decir si ese 50% es ajustado; lo que sí aseguro es que los errores menudean y que alguien tendría que hacer lo que no se hizo para elaborar ese listado, contra lo que manifiestan los responsables del proyecto: contrastar la información empleando otras fuentes. Es lo que hago yo de forma puntual, pero haría falta un trabajo sistemático de depuración para eliminar lo que es mera propaganda con la que hacer numerito y dejar un conocimiento aprovechable.

Hace tiempo me encontré con una causa sobre muerte de José Aradas Pedreira, que figura en la base de datos del proyecto Nomes e Voces y en el monumento, tal y como veis en la imagen. En el registro de la base, ya veis que se le asienta como paseado. Era vecino de la parroquia de San Pedro de Nos, en Oleiros, y su cadáver apareció en esa misma parroquia, lo cual sería una excepción. En la causa que manejé, el juez instructor comunica al presidente de la Audiencia Provincial a través de un parte de incoación de sumario, que daba comienzo a la instrucción de un sumario sobre muerte, al parecer casual, de José Aradas Pedreira. Al final de la causa, en el auto de sobreseimiento, se indica que el fallecimiento fue consecuencia de hemorragia meníngea, sin signo alguno al exterior de lesión alguna. Entiendo que estamos ante una persona que falleció como consecuencia de una hemorragia cerebral, sin que para ello le diesen un golpe ni menos le disparasen. Tan solo tuvo un accidente cerebrovascular que acabó con su vida. Como creo saber de que pie se cojea, me pregunté si sería uno de los rellenos del proyecto Nomes e Voces con el que incrementar la lista de represaliados, así que me puse a hacer lo que ellos, por lo que se ve, no hicieron: contrastar la información.

Yendo al Registro Civil de Oleiros en donde se asienta este fallecimiento (Sección 3ª, tomo 37, fol. 130), es decir, empleando la fuente que usó el proyecto Nomes e Voces resulta que el fallecido contaba 42 años, y que su muerte ocurrió el día 27 de diciembre de 1936 a las catorce horas. No sabía yo que los paseos se hiciesen a las dos de la tarde... Por si este dato no fuese suficientemente revelador, en la misma partida se señala que la inscripción se practicó "en vitud de carta-orden del Sr. Juez de Instrucción del Distrito de la Audiencia de La Coruña, dimanante de sumario nº 601 de 1936 sobre muerte por accidente casual".

Por si lo anterior no resultase aún suficiente para comprobar que este pobre difunto falleció por causas naturales, se puede consultar la partida de defunción que obra en el libro de difuntos de la iglesia parroquial de San Pedro de Nos (libro 6º, fol. 178r, partida 25), en donde consta que la muerte fue consecuencia "de accidente", de un accidente que lo insultó como escribirían años antes o de un accidente en este caso cerebrovascular que diríamos hoy.

No se diga que pudo haber amaño a la hora de instruir el sumario y falsificar por ejemplo el informe de autopsia porque no tiene sentido. Galicia fue territorio liberado desde los primeros días de la contienda. Los alzados tenían en sus manos todos los resortes del poder y no era eso lo que fingían cuando se instruía una causa por haber aparecido un cadáver con disparos de arma de fuego tras un fusilamiento sin formación de causa. Cuando paseaban a alguien, se instruía una causa que en todos los casos que me encontré es similar a la incoada con el conocido anarquista José Villaverde Velo, de la que os dejo mis notas. En primer lugar la causa es "sobre muerte violenta" de un individuo. En el parte de incoación del sumario, el instructor comunica al presidente de la Audiencia que daba comienzo a la incoación de un sumario "sobre muerte violenta de un individuo". En segundo lugar, en el auto de sobreseimiento se dice que Villaverde falleció como consecuencia de "varios disparos de arma de fuego", según dictamen médico, "ignorándose quien hubiese sido el autor del expresado hecho". Es decir, de acuerdo con la letra del auto de sobreseimiento, se intentó averiguar quien hubiese sido el autor de los disparos, cosa que evidentemente no se hizo. Aquí es donde radica el fraude, no en el falseamiento de un informe de autopsia que en el caso de Villaverde Velo no se hizo, que no estaban para perder el tiempo porque sabían perfectamente que había sido fusilado sin formación de causa.

Y como quiera que uno, que no sé si ya padece algún trastorno cognitivo, se preguntaba todo malhumorado en un forito quien me paga para escribir estas cosas, tengo que decir que en cuestión de buscar una rentabilidad económica no todos somos iguales. Todos mis trabajitos me los pago yo; por ejemplo y para este fui en bici a la iglesia de San Pedro de Nos para consultar la partida sacramental correspondiente, que así sólo gasto piernas y cubiertas. Como ya comenté en alguna ocasión, yo si me metí en estos temas fue por no dejarme engañar, porque estaba convencido de que con la memoria histórica se estaba construyendo un edificio de engaño y manipulación. Como ahora lo constato, me satisface reafirmar mi criterio, saber un poco más de lo que sabía y compartirlo por si a alguien le interesa, sobre todo con los más jóvenes para que no se dejen manipular.

martes, 6 de septiembre de 2011

II vuelta ciclista a España


Ya que por estos días estamos con la Vuelta, como ejemplo de la casa de tócame Roque (dicho sea con eufemismo) en que se había convertido aquella república con la llegada del Frente Popular al poder, os dejo con unos sucesos que relata Gil Robles con ocasión de la II Vuelta ciclista a España que se desarrolló en 1936:

También afectaron las huelgas, en forma caricaturesca, a la vuelta ciclista a España. El 25 de mayo, cuando los corredores se dirigían desde Gijón a Oviedo, un grupo de mineros les cerró el paso en Colloto. Fueron inútiles todas las gestiones que se llevaron a cabo. Gustavo Deloor, que marchaba en cabeza en la clasificación general, habló incluso por teléfono con el gobernador. Al fin, se les autorizó a seguir. Pero al llegar a Oviedo volvieron a verse rodeados de grupos en actitud amenazadora, que les obligaron a levantar el puño. El pelotón de ciclistas tuvo que desandar el camino recorrido y volver hasta Avilés, para continuar desde allí la etapa, por distinto itinerario, a Ribadeo.

Gil Robles, José María: No fue posible la paz. Barcelona : Ariel, 1967, p. 643.

Al consultar la prensa de esos días --sin duda para sortear la censura que hubiese tachado el párrafo en donde se diese a conocer lo que relata Gil Robles-- se limitan a publicar con respecto a la etapa 16ª, Gijón-Ribadeo, noticias como la que sigue de El Mundo Deportivo. En este medio se informa del cambio en el itinerario de la etapa, aludiendo de forma genérica a que surgieron "algunas dificultades", sin que se llegue a concretar cuales fueron estas:

Los organizadores en vista de algunas dificultades decidieron regresar a Avilés y la etapa se ha reducido al recorrido Avilés-Ribadeo de 155 kilómetros.

ABC sortea la censura con ironía:

Los organizadores habían dispuesto que el lunes se disputara la etapa Gijón-Ribadeo, y eso es lo que parecía. Pero era un error. Cuando la caravana llegó a Oviedo alguien pensó que lo bonito hubiera sido empezar la etapa en Avilés ¿Cómo no se les había ocurrido antes a los organizadores? La idea fue acogida con verdadero entusiasmo por todos, especialmente por los "routiers", que lanzaron al aire sus gorrillas blancas en señal de júbilo delirante. xDDDDD




jueves, 1 de septiembre de 2011

Porqué 'Nomes e Voces' es propagandístico en método y resultados


Me sería muy sencillo decir que es propagandístico debido a la ideología tan marcada de sus responsables. Pero no voy por ahí. Pretendo analizar --con la brevedad que me impone una anotación de blog-- el método que dicen haber empleado y demostrar, con evidencias, que no aplicaron ese método que dicen haber empleado.

En otra anotación mencioné el artículo Fuentes para el estudio de la represión franquista en Galicia durante la guerra civil (1936-1939): los libros de registro de defunciones. Artículo del que son autores A. Somoza Cayado, A. Domínguez Almansa y L. Fernández Prieto. Los dos primeros, investigadores del proyecto Nomes e Voces, y el último investigador principal del mismo y catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela. En este trabajo se da a conocer la metodología utilizada para elaborar la base de datos de víctimas con resultado de muerte.

1)
Dicen haber elaborado un censo de víctimas mediante el "vaciado de diferentes fuentes --principalmente causas militares, registros civiles, fuentes orales y registros de prisiones-- contrastando los datos procedentes de cada una de ellas".

Ya veremos que ese contraste debió ser parcial, limitado tal vez a los casos más conocidos, pero que en general la evidencia dice que no contrastaron la información de forma sistemática.

2) Para diferenciar a los que murieron como consecuencia de la represión de aquellos otros que fallecieron de forma natural dicen haber identificado "una serie de indicadores de la represión que, combinados, permiten la práctica de un método que permita una contabilización rigurosa de las víctimas". Los datos a combinar fueron, al parecer: causa de muerte, edad, lugar, fecha y circunstancias en que aparece el cadáver, así como la persona o autoridad que ordena la inscripción de la defunción.

Las evidencias demuestran que el método no ofrece una contabilización rigurosa. Por otra parte ese método combinatorio se asemeja al de acertar o no acertar, y la historia no es eso ¿o sí?

3) En conclusión, afirman que la "combinación de otras fuentes ha permitido despejar los casos dudosos y confirmar la fiabilidad de los datos recogidos a través de la pauta marcada".

Los ejemplos de fallos nos dicen que el método no funciona porque como indicaba anteriormente, se asemeja a acertar o no acertar, con una probabilidad de acierto que los responsables del proyecto consideran tan alta que excluye el fallo haciendo de los resultados algo fiable y riguroso cuando los ejemplos de víctimas de la represión que no fueron tales, nos ponen de manifiesto tanto carencia de rigor en el método como la no fiabilidad de los resultados. Mucho menos para poderse inscribir una lista de nombres en un monumento como si fuese exacta.

EL EJEMPLO DE LUIS TATO VENTO

Hemos evidenciado que los autores del proyecto no contrastaron de forma sistemática la información obtenida en los registros civiles empleando otras fuentes. Así recordaréis ejemplos como el de Arcas Varela, que se cayó de un pino y ante las protestas de la familia se vieron en el caso de raer su nombre en el monumento y borrar el registro de la base de datos. También vimos el caso de José Bujía Vázquez, que en absoluto fue víctima de la represión porque documentamos que se cayó a un camino desde una finca alta. La inclusión como víctimas del Franquismo de nombres como el del magistrado Policarpo Fernández-Costas, muerto por disparos a la cabeza de las milicias del Frente Popular; o del concejal Martín Ferreiro Álvarez, muerto en un campo nazi a finales de 1941, dan idea de una manipulación mucho más burda y hace encajar a ese proyecto, en mi opinión, en el terreno de la mera propaganda. Máxime cuando no se incluye en la base de datos al sacerdote Bernardo de Manuel Álvarez.

Para el proyecto Nomes e Voces, Luis Tato Vento es Luis Tato VentoS, según aparece tanto en el registro de la base de datos como en el monumento cuya lista se dice "certificada" por este proyecto. Consultando el registro correspondiente a este individuo en la tantas veces mencionada base de datos, se dice que sufrió "paseo"; que era natural de Carral; vecino de A Coruña y que su muerte ocurrida el 19 de septiembre de 1936 se registró en Cambre como consecuencia de shock traumático. Si se pide la partida de defunción de esta persona, consta lo mismo, incluso se le asienta con una ese clara al final del segundo apellido: Ventos.

Ahora bien, ¿no se dice en el artículo de los responsables del proyecto que contrastaron las información empleando otras fuentes? Porque en esa partida hay información con sendas pifias, información que claro que no fue contrastada porque se limitaron a vaciar lo que aparecía en la partida de defunción.

En primer lugar Luis Tato Vento, --sin ese final en su último apellido-- es un personaje más o menos conocido que nos ha aparecido en este blog. Lo vimos en la causa instruida con ocasión del homicidio de Francisco Insua Suárez con ocasión del mitin que dio Izquierda Republicana en la plaza de toros. Formaba parte de la comisión de orden del acto y parece encubrir a quien disparó contra el obrero. En esta causa se escribe en alguna ocasión su nombre como Luis Tato Bento, pero nunca Ventos. Lo vimos en la última anotación, procesado hasta en tres causas criminales por injurias a la autoridad vertidas en el semanario Joven Socialista. Según su propia declaración había sido procesado con anterioridad por rebelión, atentado e injurias. En todas sus declaraciones Luis Tato Vento se identifica con este nombre, dice ser natural de La Coruña, que no de Carral. Como consecuencia de los procesamientos se pide en las tres causas un certificado de su partida de nacimiento, no al Juzgado Municipal de Carral, sino al Municipal del Distrito de la Audiencia de La Coruña, y en ellas consta que nació el 25 de marzo de 1907 en esta ciudad.

Lo fusilaron sin formación de causa. Claro que hoy se nos antoja inaceptable esta solución, pero estamos ante un individuo procesado por rebelión, atentado e injurias. Un individuo que dirige un semanario en el que el tono resulta ser de lo más violento y en el que se llegan a realizar amenazas de muerte. Por lo que conozco en casos similares, seguramente fue considerado muy peligroso para el orden público ante la posibilidad de que pudiese cometer atentados u organizar huelgas, boicots, etcétera, y lo eliminaron. Al mismo resultado llegaría de haber sido detenido portando armas, toda vez que al contar con antecedentes desfavorables, también se lo cargarían. Esta presunción de culpabilidad, de peligrosidad, que hoy también se nos antoja inaceptable está presente en la legislación de la II República. Existía el delito de tenencia de útiles para el robo por el que iban a prisión aquellos a los que se encontrasen ganzúas, cuerdas o palanquetas. Existía sobre todo una ley de vagos y maleantes promulgada por Azaña, por la que eran declarados peligrosos sociales ciudadanos que hoy no serían responsables de ningún delito (individuos sin trabajo, alcohólicos, etc.). Y se les internaba en un campo de trabajo o colonia agrícola. En cuanto salían debían declarar su residencia durante un año. De no encontrarlos la policía en su domicilio, en cuanto se les capturaba ingresaban en prisión.

Con esta anotación sólo quise poner de manifiesto que la información que ofrece Nomes e Voces no está contrastada de forma sistemática y rigurosa. No es que existan errores, que los habrá, que cualquiera se equivoca. Es que afirman sobre su método algo que no es cierto: ni la información obtenida de los registros civiles está contrastada; ni el resultado, en vista de los errores que vimos con ejemplos, puede reputarse de riguroso. Se cuelgan unas medallas que no poseen y los hemos cogido con el carrito de los helados. No será el último caso, que no me dedico a comprobar de forma sistemática si los muertos que aparecen en esa base de datos son fruto de la represión o de accidentes fortuitos. Eso sí, cuando encuentro casos de personas cuyo fallecimiento fue consecuencia de accidentes fortuitos, consulto la base de datos porque estoy convencido de saber de que pie cojean. También la consulto por otros motivos, y así cuando sé que de alguien como Luis Tato Vento, del que poseo información, se dice que nació en Carral o se escribe su segundo apellido como Ventos, me llama la atención. Todo ello me reafirma en la idea de que se trata de un proyecto propagandístico en donde el rigor es lo de menos y lo de más la propaganda ¿o no?