lunes, 7 de marzo de 2011

El otro Juan Canalejo: tiroteado en María Pita


Sobre este personaje se leen por la red un sinfín de, si me permitís, cuentos chinos, a cual más exasperado y agitado. Rara vez citan la procedencia de la información, y así los inventos, el maniqueísmo y las estupideces son un lugar común. De lo que os voy a contar, por supuesto que no dicen ni mu, con la diferencia de que lo que yo os cuento es comprobable, que me puedo equivocar en mis apreciaciones, pero tengo la depravada costumbre de citar.

La Falange como los esquiroles, constituían una minoría perseguida y maltratada, y portaban armas. Juan Canalejo como teniente de Intendencia retirado con la ley Azaña, tenía derecho al uso de armas, como si estuviese en activo. Tan es así, que con ocasión del asalto al local de Falange el 19 de enero de 1936 y tiroteo que se produjo en la calle del Sol esquina Orzán, con los de la Lejía, compareció ante el juez de instrucción del Distrito del Instituto, José Spiegelberg y Horno, de guardia ese día, y no sólo no fue procesado, sino que ante la evidente persecución y amenazas de que era objeto, el juez le entrega una de las armas a Juan Canalejo, no así a su hermano, que acaba siendo declarado en rebeldía. En la declaración que rinde ante el juez Spiegelberg el propio día 19 de enero de 1936:

Amplía: Que debido a las reiteradas amenazas de que viene siendo objeto y ante el temor de que pueda ser agredido por los elementos a que se refiere en su declaración, suplica al Sr. Juez tenga a bien hacerle entrega, para en su caso defender su vida, de una de las armas de fuego que le han sido ocupadas, a lo que S.S. accede en este acto, a cuyo efecto le hace entrega de la pistola marca Astra, calibre 7,65, nº 370353.- Ratifícase, firma con S.S. y repito la fe.- Spiegelberg.- Juan Canalejo.- Dr. José Otero.
ARG, AT (Causas), 3336-2.

Por lo que atañe a los tiritos que se dispararon en María Pita el 12 de febrero siguiente, y una vez consultada la causa, resulta que pasaron a Comisaría los falangistas Juan Canalejo Castells, de 37 años; Francisco de Asís Mosquera Salas, camarero de 16 años; Ramón Bermúdez de Castro Rebellón, estudiante de 20 años; junto con el socialista Antonio Rosende Calvo, "empleado", de 17 años. Ninguno fue procesado ni menos condenado. Además la causa se sobresee con ocasión de la lamentable amnistía que promulgó el (funesto, of course) Frente Popular cuando llega al poder.

En este tiroteo, los falangistas eran seguidos por socialistas, comunistas y demás tropa, según Bermúdez de Castro, desde el principio de la calle del Riego de Agua. Tras los disparos en María Pita, no se ocuparon dos pistolas a los falangistas como indica La Voz de Galicia, sino una llave inglesa a Bermúdez de Castro, y la pistola Astra que el juez Spiegelberg había entregado a Canalejo, y que con ocasión de este tiroteo, el juez López Giavina también devuelve al mismo jefe falangista. El socialista Antonio Rosende Calvo porta una pistola que en el sumario se dice "de juguete", y habrá que suponer que no disparaba agua, sino que tal y como refiere El Ideal Gallego, se trataba de una pistola detonadora, de fogueo.

El sumario que se instruye con motivo del tiroteo ocurrido en María Pita el día 12 de febrero de 1936, cuenta con declaraciones contradictorias. Como hechos probados, poco más se puede decir que lo referido por la Policía el día 19 siguiente en oficio al juez instructor:

En contestación a su atento oficio de 13 del actual, sumario nº 97 de 1936 sobre disparo de arma de fuego contra Juan Canalejo Castells, interesando averiguar la verdadera forma en que se desarrollaron los hechos; tengo el honor de participar a V.S. que según resulta de las gestiones practicadas el hecho se produjo en ocasión de ir el Juan Canalejo Castells por la Plaza de María Pita en cuyo momento le hicieron los disparos de referencia, pero que no se puede precisar quienes los efectuaron ni las personas que intervinieron, así como sus circunstancias personales, suponiendo sean sujetos de distinta ideología.


El terror para las izquierdas comenzó el 18 de julio. Para los falangistas y para las derechas en general, había comenzado mucho antes, como vemos, vimos, y seguiremos viendo.



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