martes, 26 de octubre de 2010

Más sobre el pucherazo de febrero del 36 en Umbilicus mundi (Corregido)


Recordaréis que según el P. Silva Ferreiro y la prensa que enlacé, los candidatos Luis Cornide Quiroga junto con Eduardo O'Shea y Verdes Montenegro, fueron secuestrados en el Gobierno Civil umbiliqueño, que había sido tomado por la turba del (funesto) Frente Popular.

Del pucherazo -de enormidad se suele calificar en la prensa de la época- nos da testimonio de primera mano Eduardo O'Shea, del que os dejo una foto procedente del ABC. O'Shea presentó un escrito a la Comisión de actas del Congreso en donde relata lo sucedido, las enormidades ocurridas para favorecer a las izquierdas, que como todos sabemos según versión semimemorística, eran unos campeones en esto de ser demócratas. Lo que sigue, aunque un poco largo para un blog, sirve para que quien quiera ver, abra los ojos y vea:

Habiéndome sido imposible acudir a impugnar las actas de La Coruña, a medio del presente escrito y en la forma más breve, sincera y veraz, voy a permitirme informar a la Comisión de lo ocurrido, a fin de que le sirva de complemento a lo expuesto en los escritos y documentos presentados, y de acuerdo con ello, modificar el orden de proclamación llevado a efecto por la Junta Provincial.


Las elecciones se celebraron el domingo 16 con toda normalidad. Demostración de ello es que no se ha presentado por los candidatos de izquierda una sola acta notarial, ni documento alguno, en contra de la elección. Por nuestra parte, aun cuando tenemos documentos notariales de presencia de algunos Colegios de La Coruña (Capital), en donde se ejercieron coacciones, al objeto de simplificar el estudio no las hemos presentado, por ahora, toda vez que no alteran el resultado final y total.


Al conocerse que en la capital obtuvieran mayoría las izquierdas, se hizo concebir a las masas del Frente Popular el triunfo de su candidatura, cuando en realidad no existía. Del examen de las actas de votación y certificados de escrutinios aparece que al terminarse éstos en cada una de las secciones de toda la provincia no se formularon reclamaciones por los interventores y apoderados de los candidatos contrarios. Si alguna existe, que lo desconozco, carecerá de importancia y no alterará la votación atribuida a cada uno de los contendientes.


Hubo sustitución de actas. Se sustituyeron parte de las que habían de escrutarse en la Junta Provincial, únicas ilegítimas, puesto que las existentes en las Juntas municipales y en la Central, que la Comisión tiene a la vista, no se pudieron alterar, y esta labor se realizó a partir del miércoles 19. En dicho día, a la una de la tarde, al llegar el que suscribe al Gobierno civil, fue requerido por las masas y algunos señores de la candidatura de izquierda -que previamente se incautaran de dicho Centro- para que entregase las actas del partido de Arzúa, a cuyo requerimiento no pude acceder porque jamás he tenido en mi poder una sola acta en blanco, ya que jamás he luchado con procedimientos condenables y que, desde luego, condeno. Pocos momentos después ha sido también detenido en el Gobierno el candidato proclamado, Sr. Cornide, y a presencia de los dos fueron requeridos el administrador interino de Correos, Sr. Hervella, y el secretario de la Diputación, Sr. Dafonte, para la entrega de las actas que custodiaban, al objeto de poderlas modificar. Estos funcionarios, cumpliendo heroicamente con su deber, se negaron terminantemente y en absoluto a atender a los requirentes. A las nueve de la noche del citado día, el Sr. Cornide y el informante pudieron salir de La Coruña. Con posterioridad recibieron las notas adjuntas (1, 2 y 3), en las que creo tiene la Comisión elementos de juicio suficientes para advertir si es o no exacto su contenido. Existe la orden nombrando administrador interino al señor Miranda -nombramiento hecho por un llamado gobernador que el Gobierno no designara- , la destitución, seguramente por otra orden análoga, del encargado de certificados, Sr. Permuy; existe también el telegrama del Sr. Casanueva, administrador legítimo de Correos, al ministro; el telegrama prorrogando una licencia que aquel no pidiera, y, en fin, si la Comisión lo desea puede recabar la declaración de más de treinta funcionarios de Correos de la referida capital y podrá igualmente obtener los testimonios de la fuerza de la Guardia civil, encargada de custodiar las actas; pero siendo todo esto de interés para el conocimiento de la Comisión, y para adoptar las determinaciones que en justicia procedan, entiendo que con lo que voy a exponer a continuación, ha de bastarle a proponer el orden verdadero de la proclamación.

Hemos presentado certificaciones notariales de las Juntas Municipales del Censo, que coinciden en absoluto con las copias obrantes en la Junta Central y con los certificados de los escrutinios en nuestro poder. Ello evidencia que sólo se ha modificado la documentación elevada a la Junta Provincial, y si esta se reputare válida, quedarían de hecho inexistentes las disposiciones de la legislación electoral, haciéndose imposible la contienda, en futuras elecciones, a los que acuden a las urnas con la sola fuerza de los sufragios, sin contar con la cooperación de quienes son capaces, de esgrimir las armas de la violencia y de la falsedad.

Fíjese la Comisión en que las fechas de los sobres, las firmas y las votaciones íntegras atribuidas a la candidatura de izquierdas en las actas sustituidas, no concuerdan con las legítimas. Debe advertir, asimismo, en que en muchas de las actas legítimas, tienen mayoría sobre las derechas las izquierdas, y note también en que dentro de esta candidatura se aspiraba a que triunfasen cinco o seis nombres, debiendo apreciarse la diferencia de votación existente entre el señor González López, que pasa legítimamente a uno de los primeros puestos de la proclamación, y la votación de los que ocupan los últimos lugares de la repetida candidatura. Cabe también anotar que las modificaciones hubieron de hacerse de una manera precipitada y no se verifican en los distritos que por orden alfabético habían de escrutarse primero; y así vemos el resultado, que aceptamos, del escrutinio ante la Junta Provincial de los distritos de Arzúa, Betanzos, Carballo, Coruña y Corcubión, en los que sólo se alteraron las actas del ayuntamiento de El Pino. Es de considerar también que para dar tiempo a las alteraciones, se retrasó hasta el viernes veintiuno la iniciación del escrutinio, y que después, sin duda para ganar más tiempo todavía y poder alterar la documentación recogida en Correos, vuelve a suspenderse la sesión, aun en contra de la orden que no permitía tales suspensiones en el transcurso de las operaciones de referencia.

La prueba más palpable de cuanto llevamos argüido en contra de las actas escrutadas, y a las cuales se contrae la impugnación, la tendría la Comisión reclamando de la Junta Provincial del Censo su inmediato envío, pues el cotejo con las obrantes en la Central y con los documentos aportados, así como también el cotejo entre si, a observar si las de distintos Ayuntamientos están extendidas por una misma mano, daría más luz que cuanto los candidatos pudiéramos decir.

Siempre he tenido fe en la justicia y en los diputados que constituyen la Comisión de Actas. Por ello estoy seguro de que, dada la claridad de lo ocurrido en La Coruña, se procederá a modificar el orden de proclamación, de acuerdo con los documentos legítimos, y prescindiendo de los impugnados, que sirvieron de base para la resolución de la expresada Junta Provincial del Censo.

Como diría el superdemócrata Azaña:

En la Coruña íbamos a sacar cinco o seis diputados, se asustaron ante las iras populares, y hemos ganado los trece puestos ¡Veleidades del sufragio!

Más info, datos, numeritos, comparando las cifras de los pucherazos, con las reales obrantes en la Junta Central del Censo, aquí y también aquí.

CORRECCIÓN (9/10/2010)

No me hace mucha gracia que me dejen con salva sea la parte al aire... He tachado la cita anterior porque no está bien hecha, y cuando puedo, tengo la depravada costumbre de comprobar las citas. La auténtica:

En la Coruña íbamos a sacar cinco o seis [diputados]. Pero antes del escrutinio surgió la crisis, y entonces, los poseedores de 90.000 votos en blanco se asustaron ante las iras populares, y hemos ganado los trece puestos de la mayoría ¡Veleidades del sufragio!

Cipriano de Rivas Cherif. Retrato de un desconocido : Vida de Manuel Azaña. Barcelona - Buenos Aires - México D. F., Grijalbo, 1980, p. 663.

Yo le diría a quien hace la cita de donde la enlacé, que con independencia de las películas que se monte Azaña -películas que no corroboran las fuentes, aunque sí el intento por parte de los de Portela- yo le diría, con afecto al coronel Alamán, que cuando se hace una cita existen los puntos suspensivos, entre paréntesis o corchetes, para omitir aquello que no viene al caso en el discurso del que realiza la cita. También existen los corchetes para que el autor encierre en ellos lo que no pertenece a la cita, caso de esos diputados. Omitir esos puntos suspensivos o esos corchetes, oiga, que muy mal, eh, que así no se trabaja. Uno se puede equivocar, y yo seguro que me equivoco, pero esto de amputar las citas por donde a uno le da la gana sin avisar al lector, no me parece de recibo y se corre el riesgo de que bajen tanto la confianza como la credibilidad.



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