viernes, 28 de noviembre de 2008

Fractura de archivos


Nada peor para los archivos y el patrimonio documental que las guerras y sus secuelas. Pueden estar perfectamente conservados, organizados y descritos, pero cuando la guerra entra en un archivo suelen producirse los daños de irreparables de todos conocidos.

Un ejemplo de lo anterior se dio con ocasión de la revolución gallega de 1846. Cuando los sublevados entraron en el monasterio suprimido de San Martín Pinario -sede de la Administración de Bienes Nacionales del partido de Santiago-, emplearon como parapeto en balcones, ventanas y demás huecos de fachada, los libros y legajos incautados como consecuencia de las medidas desamortizadoras. Y sorprende que sólo el archivo "que fue de los monjes benedictinos [de San Martín Pinario] quedó intacto por su posición reservada e insinificante para guarecerse en él la fuerza revolucionaria".

De que los fondos no estaban ni mucho menos mal cuidados, así como de la preocupación por rescatar y poner a buen recaudo los documentos, da idea el angustioso oficio que firma José Alonso Estrada, administrador de Bienes Nacionales del partido judicial de Santiago de Compostela, dirigido al administrador principal y contador de Bienes Nacionales de la provincia de La Coruña:

Después de los disgustos y gravísimos perjuicios que a la par de los vecinos honrados y pacíficos de este pueblo he sufrido con la revolución, vino, punto menos que a trastornarme el juicio, la desagradable novedad de haber penetrado en las oficinas del edificio ex Monasterio de San Martín que ocupaban los archivos y libros de las bibliotecas de conventos, la fuerza revelde refugiada al mismo edificio en el día de ayer para hacer resistencia a las tropas leales, según noté velando sobre su custodia desde la calle, una vez privada la entrada al repitido edificio, perciviendo que se hallaban militares dentro, y en las bentanas y balcones colocados como de parapeto, a granel, multitud de volúmenes.

Esta ocurrencia que nadie en mi lugar podría evitar en circunstancias como las que desgraciadamente deprimieron a esta población me puso en el mayor conflicto, porque siempre miré con amor los intereses del Estado, siendo así que durante la revolución, con todo afán celé por ellos; pero me fue imposible en la tarde y noche de ayer. Todas eran desgracias, todo era confusión, y hasta el momento en que felizmente nos creímos sosegados, imposible también ha sido penetrar a los locales donde estaban la oficina y archivos.


Felizmente, libre el pueblo de la intrusa dominación y advertida según llevo referido aquella triste novedad, en el primer momento me presenté al excelentísimo señor general jefe D. José de la Concha como única, y entonces principal autoridad, suplicándole me prestase los ausilios necesarios para contener los robos a que estaban espuestas las oficinas fracturadas, y pasé con el señor brigadier jefe de estado mayor a colocar vigilantes en todas las puertas de las habitaciones que ecsistían a cargo de esta Dependencia.
En seguida y sin detención di parte de lo ocurrido al señor subdelegado de Rentas para que se sirviese disponer un escrupuloso reconocimiento en las propias oficinas, al mismo tiempo que ganando tiempo encarecí la asistencia al promotor fiscal del Juzgado, también oficialmente, mas como uno y otro se encuentran ausentes según contestaciones vervales de sus domésticos, acudí sin dilación al señor alcalde municipal, y asimismo al espuesto excelentísimo señor, para que tubiese a bien delegar persona que en representación de la autoridad militar prestase asistencia al preciso reconocimiento que encarecí a dicho señor alcalde por fe de escribano, vista de inteligente y testigos de conocida honradez y providad, y en efecto se está practicando por acuerdo de ambas autoridades, dejando cerradas y selladas las habitaciones según se van inspeccionando.

El daño que ya se patentiza es de enorme consideración, y causa el mayor sentimiento reconocer hechos trizas los mejores protocolos, instrumentos y libros de todos los archivos; sólo el que fue de los monjes benedictinos quedó intacto por su posición reservada e insinificante para guarecerse en él la fuerza revolucionaria. Luego que el espediente se encuentre en estado, daré a VSS conocimiento de todo lo que resulte; pero por de pronto les ruego se sirvan elevar al de la superioridad este desagradable suceso, que verdaderamente me fue imposible evitar, como justificaré a plena satisfacción y en la más solemne forma.


Dios guarde a VS muchos años.

Santiago, abril 24 de 1846.
José Alonso Estrada
[rubricado]

Archivo Municipal de A Coruña, Rey Escariz, caja 7, carpeta 7

jueves, 27 de noviembre de 2008

"Archivo de Indias. Aquí se guardan los papeles de Colón"


"Por estar situado justo al lado de la catedral, con una de sus fachadas abriéndose a la avenida de la Constitución y otra a la plaza más hermosa de la ciudad, la del Triunfo, su imagen resulta sobradamente conocida para los sevillanos. Pero si hiciéramos una encuesta preguntando sobre la historia de su construcción, los avatares que sufrió a lo largo del tiempo o las actividades concretas que se desarrollan hoy entre sus muros, es muy posible que las respuestas no serían, precisamente, de esas que merecen quedar grabadas en letras de bronce. Tal vez, entre las más afortunadas estaría la de aquel cochero al que, mientras ejercía su oficio de pasear turistas, le oí instruir a sus viajeros diciendo: "Archivo de Indias. Aquí se guardan los papeles de Colón".

"(..) Con todo, para la mayoría de los entrevistados, me temo que la Casa Lonja, hoy Archivo de Indias, no sería más que ese lugar donde para el autobús, justo enfrente de Correos. Ese sí -dirían muchos- es un edificio con funciones claras, pues todo el mundo sabe lo que es echar una carta al buzón, sin entrar en esos laberintos de colones, indias o lonjas".

Pablo Emilio Pérez-Mallaína. "Redescrubriendo el Archivo General de Indias". En: La Casa Lonja de Sevilla. Una casa de ricos tesoros. Madrid : M. de Cultura, 2005, p. 41

Mucho me temo que en todas partes se cuece pan ¿o no? :-)

martes, 25 de noviembre de 2008

Documentos históricos


Queridos malvados romanos, insisto:

Nuestras bombas son de amor y justicia.

Los archivos y el Patrimonio Documental, por encima de todo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Murguía ¿archivero?


Con ocasión de celebrarse en 150 aniversario de la creación del Cuerpo Facultativo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos, no sé hasta qué punto es justo homenajear a un cuerpo en su conjunto -en el que es de suponer que como en cualquier colectivo habrá de todo- y me pregunto si no sería preferible hacerlo de forma individual, a multitud de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos que cumplieron con su trabajo.

No era el caso de Manuel Martínez Murguía, del que se conocen pocos escritos y trabajos suyos en los centros por los que pasó. Fue nombrado miembro del Cuerpo Facultativo en 1868 por el conocido sistema de digitalización, debido a los méritos literarios que había alcanzado con la publicación de su Historia de Galicia. Su primer destino: la Dirección del Archivo de Simancas, de donde salió en 1870 de forma inopinada después de haber dado una bofetada a un archivero -Francisco Díaz Sánchez. Y también salió con varios volúmenes conservados hoy en la Real Academia Galega que contienen copias de documentos, pues en lugar de ocuparse de que los funcionarios redactasen IDDs, los hacía copiar documentos para sus trabajos particulares. Se le impuso un traslado forzoso al Archivo General de Galicia, en donde siguió sin hacer otra cosa que investigar hasta 1875 en que fue declarado cesante.

De Murguía aún circulan por Umbilicus mundi algunas historietas de tradición oral. Una dice que era tan bajito como mujeriego; que era capaz de pasar toda una noche frente a una casa de la avenida de Navarra, pidiendo a una amiga de nombre Rosa que lo dejase pasar (-¡Abre Rosa! ¡Abre mujer!); y famoso también por poseer un ¿cómo lo digo para no ser soez? ummm... digamos que la naturaleza lo había dotado con un aparato reproductor de dimensiones descomunales... ¡Un fenómeno! Era también muy característico su tipo, pues iba siempre con el mismo uniforme: chistera y gabán largo -verano e invierno. En mi casa se recuerda que lo veían entrar todos los días en la calle del Papagayo, -que en Umbilicus mundi era el barrio chino- y al salir, acudía a la cercana Biblioteca del Real Consulado en cuyo patio interior lo esperaban los chiquillos de la zona, con los que era muy cariñoso y siempre agasajaba con caramelos que llevaba en los bolsillos, al menos, según contaba una de las agasajadas.

Pero de Murguía, se recuerda con una sonrisa su carácter cascarrabias. En este punto, hacía bueno aquello de que home pequeno, fol de veneno. En el mismo Archivo de Simancas, dejó patente su rabieta, pues poco antes del affaire de la bofetada, Manuel García González, archivero jubilado, decía:

"a presencia mía y a la de sus subalternos, prorrumpió [Murguía] con voces desentonadas diciendo que se caga en el Capitán General, en el Gobernador, en el Alcalde, en el Gobierno y en el Ministerio de la Guerra y Fomento" :-)

Julio Estrada Nerida. Páginas de una biografía. Manuel Murguía, director del Archivo de Simancas (1868-1870). A Coruña : O Castro, 1983, p. 37.

PD: ¿Seguro que alguien como Murguía merece un homenaje, no como historiador, sino como archivero?

sábado, 22 de noviembre de 2008

"Maruxiña, non aturo que te sigas tirando peidos na oficina, porca"


Varios medios de comunicación se hacen eco hoy de una nueva versión sobre el polémico cese del secretario xeral de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia, Carlos Amoedo. Al parecer, según el PP, todo se debe a un informe que precede al anteproyecto de ley de Archivos de Galicia en el que Amoedo denuncia el colapso y disfunciones del sistema archvístico de la Xunta de Galicia, que carece de archivos centrales en varias consellerías, así como en las delegaciones en A Coruña, Ourense y Pontevedra; que tiene el Arquivo Xeral da Xunta de Galicia con su capacidad de archivo casi agotada, etc. Es cierto, otra cosa es que el cese de Amoedo se deba a su "demoledor" informe, que de demoledor tiene poco porque esa situación no se le escapa ni al que asó la manteca.

Me he ido a uno de esos confidenciales en los que lo saben todo, todo y todo, y resulta que ha habido suerte y en los comentarios aquello parece Troya, llegándose al colmo del frikismo (o anti-frikismo) con alguien que debe compartir oficina en la Consellería de Cultura con una tal Maruxiña, y a la que dice que "no aguanto que te sigas tirando pedos en la oficina, cochina" xDDDDD

jueves, 20 de noviembre de 2008

Crónica parlamentaria


Entre los muy entretenidos asuntos que se abordan hoy en el Boletín Oficial de las Cortes Generales. Congreso de los Diputados (serie D), tienen especial interés dos respuestas del Gobierno correspondientes a otras tantas preguntas sobre los archivos históricos provinciales de Barcelona y Girona.

Más info, aquí

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Nuestras bombas son de amor


Queridos malvados romanos:

Nuestras bombas son de amor y justicia.

martes, 18 de noviembre de 2008

El embudo por un lado no es lo mismo que por el otro


"Una R.O. de 22 de septiembre de 1851 comunicada por Gobernación a todos los Ministerios, dispuso se entregaran a este Archivo todos los documentos que tuvieran relación con las provincias americanas".

"Tanto el Archivo de Marina, como el de Simancas [sic] acataron la disposición y, aunque algunos papeles quedaron en los anaqueles de Marina siempre se recuerda esta orden como uno más de los sucesivos expolios que, a lo largo del siglo XIX, sufrió nuestro Archivo".

Vigón, Ana María. Guía del Archivo General de Marina 'D. Álvaro de Bazán'. Viso del Marqués : Instituto de Historia y Cultura Naval, 1985, p. 5-6.

¿Y de dónde salieron los fondos de Ferrol, Cartagena y Cádiz? ¿Y el proyecto de llevar al Viso el fondo de la Secretaría de Marina que se conserva en Simancas? Ah, que estos no son expolios, ¿verdad? Pues eso, que el embudo...

O lo que es lo mismo: haréis lo que yo digo, pero no lo que yo hago.

Que el Archivo Nacional devuelva el patrimonio histórico a las regiones


Este es el título de un grupo que se encuentra en Facebook. Aunque podría extrapolarse estupendamente a otros países, el grupo es de Chile, en donde tampoco los vulgares provincianos pueden tener cerca su propio patrimonio documental.

lunes, 17 de noviembre de 2008

El Archivo de Simancas, en Simancas


La página web del Archivo General de Simancas, publica un aviso en el que se da a conocer que la documentación instalada provisionalmente en el Archivo de la Chancillería de Valladolid con ocasión de las obras realizadas en Simancas, retornará muy pronto a este Archivo. Con tal motivo, se suspende la consulta de los fondos afectados entre el 24 de noviembre y el 5 de diciembre.

Así las cosas, teniendo en cuenta los festivos y salvo aviso contrario, a partir del 9 de diciembre se podrán consultar en las instalaciones simanquinas todos los fondos y colecciones que integran su ingente acervo documental.

Cilindros de cera


La Biblioteca Nacional de España dio a conocer a mediados de julio que había adquirido una colección de 224 cilindros de cera fabricados en España, en su mayoría, y relacionados con la música española e intérpretes españoles. Son documentos de gran valor histórico por ser las primeras grabaciones de sonido y voz de finales del siglo XIX y principios del XX.

Enlace recomendado-recomendadísimo sobre los cilindros de papel, de estaño, de cartón parafinado, de cera maciza, celuloide y amberol.

Y otra sobre la B.N.
A través del blog de Catuxa, Deakialli documental, me entero de la aparición de una página web de la BN en Facebook. Todo apunta a que acaban de comenzar, y se ocupan de los cilindros.

¿Verdad o twittira? -dice Catuxa. Pues yo no las tengo todas conmigo, por aquello de que la Biblioteca Nacional de España haya cambiado de lugar ;-) Pero sí, tiene buena pinta. Magnífico.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Miguel Álvarez de Neira


Hijo del primer archivero, fue también el primer portero de la institución y falleció a los noventa y tantos años -honrados hasta sus últimos días al ritmo del trabajo- después de haber visto nacer el Real Archivo General y Público de Galicia, la llegada de los primeros fondos en 1777, el fallecimiento de su padre Vicente -debido a un accidente que lo insultó mientras estaba despachado- algún que otro desbarajuste provocado por los malvados gabachos, etc. Hizo testamento:

"En el nombre de Dios todo poderoso, amén. Sepan quantos esta carta de manda, y testamento, última y postrimera voluntad vieren, como yo, D. Miguel Álvarez de Neira, vecino de esta ciudad de la Coruña, portero por S.M. del Real Archibo General de este Reino, hallándome como me hallo enfermo y en cama, de enfermedad natural que Dios Nuestro Señor fue servido darme, aunque en mi sano juicio y cabal entendimiento, creyendo como firmemente creo en los altos y sagrados misterios de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas realmente distintas y un solo Dios verdadero, todopoderoso, en cuya fee y creencia hasta aora vibí, y en la misma protesto vivir y morir mediante sus Divinos ausilios, thomo por mi abogada e yntercesora a la Serenísima Reyna de los Ángeles María Santísima madre de mi Señor y redentor Jesucristo, Santo Ángel de mi guarda, y de todos los más santos y santas de la Corte Celestial, para que se dignen alcanzar con toda humildad de su Divina Magestad no entre con mi alma en rigurosa cuenta por los muchos y grabes pecados que he cometido, antes bien,apiadándose de ella, la coloque en su Santa y eterna Gloria, amén. También creo en todo lo más que tiene, cree y confiesa nuestra Santa Madre Yglesia, Cathólica y Apostólica, Romána, en cuya firme creencia y fee asimismo hasta aora he vivido, e igualmente protesto vivir y morir. Y recelándome de la muerte, que es indubitable a toda criatura viviente, y su ora muy dudosa, para que mis cosas queden bien dispuestas al servicio y agrado de Dios, hordeno y hago esta mi manda y testamento en la forma y manera siguiente:

Primeramente mando y encomiendo mi ánima a Dios Nuestro Señor, que la crió y redimió a costa de su preciosísima sangre en el árbol santo de la cruz, y el cuerpo a la tierra de que fue formado. Yten digo, que luego que su Divina Magestad sea servido llebarme de esta presente vida si fuere ora, y si no, al siguiente, mi cuerpo sea amortajado en un ábito de nuestro seráfico padre San Francisco, y sepultado en la yglesia parroquial de Santa María del Campo de esta dicha ciudad y sepultura que pareciere a mis cumplidores; y que en el día de mi entierro y onras, se me dirán treinta misas, cada una a quatro reales, esto es las veinte y nueve de ellas rezadas y la que completa las treinta, cantada con su vigilia y responso. Y además de éstas, también mando se me digan quatro, asimismo rezadas, por cada una de las quales se dé igual limosna de quatro reales, una de ellas a la Virgen del Carmen, otra a Nuestra Señora del Rosario, otra al mismo Santo Ángel de mi guarda, y la otra al Señor San José. Ydem mando a la Casa Santa de Jerusalén, redempción de cautibos y más mandas forzosas, la limosna acostumbrada, con que les aparto de todos mis bienes (...)".

Archivo General de Protocolos del Colegio Notarial de Galicia, Benito Antonio de Agra (1804), sign. 8.073, fols. 1-2.

Expurgo



Hace pocos meses, asistí a una merendiña -en fino, unas jornadas técnicas- y una de las participantes no paraba de repetir que "los opus" (caementicium, vittatum, etc.) identificados en el yacimiento habían sido este u otro. A lo cual, una profe estupenda de la Uni de Oviedo que se sentaba entre el público no se cansaba de aclararle que el plural es "opera, se dice opera".

Ayer tuve que hacer un obsequio en forma de libro ¿y qué me piden? El librito de la foto... Y como uno por sus años de juventud tuvo ocasión de conocerlos algo -no a los de la ópera, sino a los de la obra- se me revolvió hasta la última tripa al adquirir un producto así. En primer lugar, porque lo que diga la protagonista (y la autora), sinceramente, no me interesa para nada. Por otra parte, los interesados e interesadas, están al tanto de su vida, obra y milagros a través de la revistas especializadas tipo ¡Hola! y demás. En segundo, porque el libro está escrito por una opusina confesa, y uno tiene la idea de que para los miembros de esa asociación el único pecado con todas sus letras es darle al fornicio, no teniendo la menor importancia cosas como la pena de muerte, la explotación de los trabajadores, el abandono de los sin-techo, la falta de albergues para transeúntes, que la gente se muera de hambre o se contagie de VIH porque los condones sean anatema; esto por no pensar en el machismo ridículo del que hacen gala, etc.

Aún recuerdo a un amigo "con cargo", al que seguía un gilipollas. Era tal el acoso, que mi amigo se vio obligado a ir en coche al trabajo desde su casa -que distaba unos 300 m- porque el gili hacía apostolado con él y no paraba de darle la murga:

-P: Pero hombre, Fulanito, siendo tus hermanos personas tan piadosas, parece mentira que tú sigas alejado...
-R: Pero ¿me dejarás en paz alguna vez?
-P: Fulatino, sólo te pido que acudas a una de las charlas. Esta semana hay una...
-R: Pero vamos a ver, ¿tu eres tonto'lculo o qué? Te estoy diciendo que me dejes en paz, joer...
-P: Insúltame que me mortifico...

Todo este larguísimo preámbulo viene a cuento porque, más pronto que tarde, espero hacer un terrible expurgo en el que incluiré el libro que acabo de comprar, la bibliografía completa de una tal Victoria Holt -que ni que fuese la Espasa, ocupa varios estantes con los libros de tres en fondo-, y por supuesto, por supuestísimo, estoy decidido a darme el gustazo de hacer un expurgo terrible con todos los libros sobre la guerra civil, franquismo y segunda guerra mundial (División Azul incluida), que dejando a un lado el profundo respeto por cuestiones de tipo personal, no me interesan absolutamente para nada.

Noticias del Ayuntamiento


En una excursión de fin de semana visitamos Segovia, ciudad bonita donde las haya. Llegamos, y como campeones que somos, aparcamos al pie de su famoso acueducto. Nos pareció raro poder hacerlo allí, pero había más coches y no se veían señales de prohibición. Será que quieren dar facilidades a los turistas... Pues no. Después de haber comido el consabidísimo cochinillo, callejeado la ciudad, visitado el alcázar, que no conocíamos por dentro y tampoco nos gustó mucho por aquello de que no sabíamos en donde estaba lo auténtico y en dónde estábamos ante un parque temático haciendo lecturas falsas, después de todo lo anterior, volvimos a recoger el coche...

¡Maldición!
¡Ha habido equivocación!

Lamentablemente, no se podía aparcar frente al acueducto, como parece de sentido común.

P: -Oiga, señor agente, ¿cómo nos ha puesto una multa si no hay señales?
R:-¿Cómo que no hay señales? Ahí tiene una...

¡Ostrás, pedrín! Pues sí que había señales... Siguiendo la vieja técnica según la cual si uno quiere que el guardia le saque la multa (con la G.C. de Tráfico no funciona una vez que comienzan a escribir [1]), hay que pedir, darle la razón al "agente", implorar, echarle la llorada, y bajo ningún concepto ponerlo a parir, que en caso de negativa a la retirada, todos los recursos ulteriores fallarían:

P: -Ah, sí ¡es cierto...! Lo que pasa es que somos de fuera [nótese la llorada], cuando llegamos estaba esto atiborrado de coches aparcados en batería cuyos morros tapaban las señales en cuestión...

Se hizo el americano y vino a decirnos que that's your problem, it's not my problem. No habiendo, pues, nada que hacer, una vez que dimos con nuestros huesos en Umbilicus mundi, se hicieron las búsquedas legislativas correspondientes para cumplimentar el pliego de descargos con acierto, pues nosotros no habíamos visto la señal y no era justo que nos multasen amparándose en una señal que se levantaba menos de un metro del suelo (que nos generaba total indefensión, incumplimiento de lo dispuesto por el antiguo MOPU en un libraco sobre señales que casi hay que pedir por préstamo inter) etc. Como a veces toca la lotería, la llorada funcionó y la multa prescribió hace pocas semanas sin que nos la hubiesen comunicado.

[1] Con la G.C. de Tráfico es raro que sirva echar la llorada. Todos los esfuerzos deben orientarse en primer término a que el agente no escriba, pues una vez que lo hace, será prácticamente imposible la vuelta atrás. Si el agente nos escucha, entonces debe mentarse algo tal que así: que uno es hijo, hermano o tiene un amigo en el cuerpo, y es muy conveniente concluir con una coletilla -al mejor estilo de Umbilicus mundi- que diga: "si sirve de algo...". Si se aviene, nos pedirá pruebas fehacientes, a lo cual responderemos llamando a todo correr al amigo, primo hermano, cuñado, etcétera, que sin pérdida de tiempo se pondrá en comunicación telefónica con nuestro agente y si se conocen, llevan bien o tienen amigos comunes, habremos tenido éxito.

Que no me olvide de un sitio estupendo

Puesto por los del Ayuntamiento


?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿ :-)

sábado, 15 de noviembre de 2008

Umbilicus mundi


In ualle de Faro Bregancio, uilla de Orria et ecclesia sancte Eolalie iuxta Faro, et nuncupant eam Carolio et alia ecclesia sancte Marine

AHN, Códices, L-977. Cito por: LOSCERTALES DE GARCÍA DE VALDEAVELLANO, Pilar, Tumbos del Monasterio de Sobrado de los Monjes. Madrid, 1976, pp. 308-309.

Bicharracos


No sé si os gustan estos bicharracos. El de la imagen corresponde a una locomotora de vía estrecha, expuesta frente a la estación cerrada de Puente Viesgo, en Cantabria. Recuerdo otro bicharraco similar en Benavente, y en ambos casos, no me parecen las mejores ubicaciones.

Desconozco si esas locomotoras poseen algún tipo de protección como bien patrimonial, aunque quiero recordar que la de Puente Viesgo sí. A nadie se le escapa que instalarlas a la intemperie no es el modo más idóneo de exponerlas y conservarlas. En ambas aparecen signos de envegecimiento, mucho más marcados en la de Benavente y me comentaba un amigo hace poco tiempo que en un conocido museo ferroviario, la mayor parte de las locomotoras están para achatarrar por encontrarse a la intemperie. Quiero con todo esto, lamentar, vomitar y echar pestes contra la minusvaloración de nuestro pasado industrial y tecnológico.

Las siete mancas de...


Simancas por supuesto. Hace dos fines de semana me pasé por Simancas, lugar del que leí en algún lugar que lleva este nombre en honor a siete señoras, que para desgracia suya, eran mancas. Etimología que debe tener el mismo origen que el de Zamora como procedente de una vaca mora, a la que llamaban ZA MORA, etc.

Al grano, y aclaro que esto nada tiene que ver con el contenido ni la gente que maneja ese contenido. Me he llevado una nueva decepción con el peazo cagada-edificio que han plantificado delante del foso. Si ya no me gusta la ubicación de la nave, pues avanza sobre la calle y con su altura tiene una que subirse a la terraza para contemplar, emocionarse y disfrutar con la belleza del archivo más emblemático de España, resulta que tampoco anduvo fino el arquitecto con los materiales y acabados. Las calidades no se mantienen. Las vigas que forman un entramado de madera en la cubierta del nuevo edificio, están perdiendo el barniz a pasos agigantados; se ven grietas o fisuras en ellas, moho o suciedad negra; el ajardinamiento del foso, que es de lo que más me gusta junto con los lucernarios, no parece contar con un servicio de mantenimiento porque algunos de los caminos aparecían ya tapizados por hiedras; el vandalismo también debe hacer mella porque me fijé en que falta algún listón machihembrado del pasamanos que conduce a la terraza.

En definitiva, es de suponer que cuando los romanos se pongan rumbosos y decidan realizar alguna obra en esa edificación, vengan con la piqueta a demoler lo que no debió levantarse, al menos allí.

Porto


No me gustan las ciudades como lugar de ocio, prefiero los pueblos, pero Porto es una excepción, tal vez porque tiene una población similar a la de Umbilicus mundi.

Me enteré este verano que van a tirar el mercado del Bolhão para transformarlo en un anodino centro comercial, cosa que como podéis imaginar me puso de los nervios, solté varias vomitonas, pero nada, no hubo forma. Como todavía creo que sigue en pie, como también estoy convencidísimo de que me leerá el presi de la Cámara Municipal de Porto, espero que no se atreva a cometer semejante atentado, pues estoy dispuesta a comprar una paulina en alguna librería de viejo y ¡que no lo dude! caerá sobre él la PENA DE EXCOMUNIÓN MAYOR, y por supuesto, por supuestísimo, se va a cagar por la pata cuando llegue con NOS.